Tuesday, January 27, 2009

20092501 Mamallapuram





























Hemos llegado a otra ciudad costera que se llama Mamallapuram. Está repleta de tiendas de artesanos escultores. Hay esculturas por todas partes; esculturas de Ganesha (cabeza de elefante), Krishna(nino con una flauta) y Shiva (hombre con cuatro brazos).
En Mamallapuram hay varios templos pequeños y relieves en rocas grandes de la montaña, en la cual hay un montón de cabras. Tiene una playa muy grande que abarca ambos lados del pueblo, es una playa de arena fina donde convive la gente local, los turistas, gente haciendo yoga, barcas pesqueras, perros, vacas y gente con caballos por si quieres dar un paseo.
Hay un montón de tiendas de libros, los libros son de segunda mano y cuestan entre 50 y 300 rupias (80 centimos a 5 euros). Los encuentras en ingles, frances y tamil, idioma de la provincia Tamil Nadu.
Este pueblo es mucho más pequeño y tiene mucho menos tráfico. Es una zona muy turística y hay muchos turistas extranjeros, sobre todo franceses. Aquí en Mamallapuram hemos podido encontrarnos con gente de España.

20092201 Pondicherry II







Llevamos ya varios dias en Pondicherry. Hemos tenido ocasión de ver un poco la ciudad y de tratar con algunas personas.
A veces, pides algo y los indios menean la cabeza hacia los lados. Puede parecer que están diciendo que no, pero están afirmando. Para agradecer juntan las dos manos y las ponen cerca de la cara como si estuvieran rezando. La mayoría de la gente habla un dialecto que se llama Tamil y añade unas pocas expresiones en inglés. El inglés que usan está adaptado fonéticamente a su lengua, por lo que entenderles en inglés es complicado en ocasiones. Supongo que cuanto más tiempo llevemos aquí, más palabras iremos pillando, pero parece como si en vez de aprender inglés, estemos desaprendiendo.
El otro día fuimos al cine con los chicos hindúes que trabajan en el hostal donde estamos. Al llegar al cine teníamos dos opciones: una peli de un menda que aparece en la mitad de los anuncios que se ven por la calle, y otra peli de acción sobre un tio que se va de aventura a China. Fuimos a ver la primera, y juer, 3 horas repletas de tortazos, videoclips musicales, gente bailando, disparos, buenas mozas, colorido por todas partes y una buena dosis de drama hindú con todo el sabor del cine de bollywood. El protagonista debe ser un tío superfamoso aquí, y el hombre lo tiene todo: es bello, joven, ágil, bailarín increíble, viste a la moda, valiente, fuerte, no sangra, es una especie de agente secreto, lleva una camiseta que pone "urban romeo", cantante, da lecciones a mamporros a los malos... vamos... que aburre hasta a las cabras. No sé, me pareció una peli muy infantil y muy violenta a la vez. Por supuesto, no hay restricciones de edad para ver la peli, por lo que en el cine estabamos de todas las edades. Los precios de las entradas varían dependiendo de la zona de la sala, cuanto más atrás más caro, sin embargo todos estábamos en la misma sala, y todos los asientos son iguales. Aquí en India les gusta diferenciar a la gente por la cantidad de dinero que es capaz de pagar. No creo que sea algo exclusivo de India, pero aquí parece que esta práctica la llevan hasta límites insospechados.
En Pondicherry hay dos zonas muy diferenciadas. La zona guiri y la zona india. La zona guiri es tranquila, relajante, tiene playa, las calles están limpias, hostales caros, restaurantes caros, está prohibido tocar el claxon, poco tráfico y está llena de extranjeros, turistas y hippies que han venido a India a aprender yoga. A veces los guiris se estresan un poco ante la relajación de los indios, y no es raro ver a alguno protestar y quejarse en las tiendas o los restaurantes. La zona india está petada de gente, comercios, tiendas, restaurantes indios, mercados, hay mierda en la calle, llena de coches, bicicletas, motos, autorickshaws; todos tocando la bocina sin parar, ruido constante, animales en cualquier parte, aceras repletas de motos y bicicletas en alquiler, y gente echando siestas. Gente mayor y niños que piden dinero; pícaros robaperas que simulan estar tullidos para dar lástima cuando piden dinero; simulan estar ciegos, andan con las manos porque supuestamente no pueden andar con los pies. Y por supuesto, gente que sí está impedida de verdad.
Normalmente, en casi todas las ciudades se pueden alquilar motos y bicicletas. Y si uno se atreve con el tráfico, es una buena opción para darte un paseo por la ciudad. También hay transporte público. El autobús cuestra 3 rupias (5 céntimos de euro) y siempre va muy lleno. Los autobuses suelen tener unas escaleras por fuera como para subir al techo. Pero Pondicherry no es una ciudad muy grande, por lo que andando puedes llegar a todas partes.
Otra cosa que me llama la atención es que la gente nos mira mucho. En Bangalore había gente incluso que giraba la cabeza cuando nos veía. Los niños pequeños nos saludan en inglés. Muchas veces, la gente joven se nos queda mirando, se miran entre ellos y se ríen. Supongo que se ríen de nosotros por nuestro aspecto, pero todavía no lo tengo claro. A veces hay gente que nos pide que nos saquemos fotos con ellos.

Tuesday, January 20, 2009

20091801 Pondycherry







Tras un viaje en tren durante toda una noche y parte de la mañana (unas 10 horas), eso sí, con cama y aire acondicionado; para recorrer una distancia de unos ¿300 Km? hemos llegado un pueblo de la costa este que se llama Pondicherry.

Pondicherry es una antigua colonia francesa, con lo que todavía conserva varias iglesias cristianas y un cuartel del ejército francés. Tiene una playa muy grande y está llena de turistas, tanto occidentales como asiáticos. Hay mucho sol y hace bastante calor, mezclado con la humedad típica de una ciudad de costa.

La calle principal de este pueblo se llama MG Road, en referencia a Mahatma Gandhi. Esto es curioso porque en Bangalore la calle principal también se llama MG Road, así que es posible que muchas ciudades tengan este nombre para su calle más grande.

Al igual que en Bangalore, el tráfico es infernal, y está lleno de rickshaws, motos y bicicletas. Abusan del uso del claxon, y hay algunos que tienen sonidos muy graciosos. Parece ser que eso de llevar luz por la noche no es obligatorio o no está de moda aquí.

Hay mucha zona comercial, y a parte de las vacas y los perros pululando a su rollo, hemos tenido la oportunidad de ver un elefante dentro de un mercadillo. Bueno, más bien una elefanta... lo sabemos por el tamaño de las orejas... y también porque tenía las uñas pintadas :)

Hay un paseo marítimo muy bonito donde sopla la brisa del mar. Por la noche, desde el paseo, se ven las estrellas y se puede ver la constelación de Orión. Parece increíble poder estar viendo esto a mediados de Enero.

20091601 llegada a India Bangalore













LLegada a India, empieza el viaje

La primera sensación de India es el olor. Es algo indescriptible, una mezcla a plantas, humedad, le recuerda a uno también a la comida. La segunda sensación es la temperatura, que cambia radicalmente con respecto al frío invernal de Madrid. Y la tercera sensación es el exotismo de sus habitantes, con sus vestiduras y sus pinturas en la piel a las que nosotros no estamos acostumbrados.

En Bangalore hay mucho tráfico, más de lo que uno se puede imaginar. Casi no hay señales y apenas se ven semáforos. Los conductores tocan el claxon sin parar y conducen de forma caótica. No es raro ver a alguien circulando en sentido contrario, y lo que hemos comprobado enseguida es que los colores rojo y verde de los escasos semáforos, no tienen ningún significado para los conductores. A los taxis se les llama rickshaw, y son unos cochecitos pequeños de tres ruedas que petardean y parecen que se van a caer a cachos en cualquier momento. Para los peatones hay pasos de cebra y los ciudadanos acostumbrados cruzan entre los coches que no frenan, sino que aminoran la velocidad. Los no acostumbrados esperamos a que cruce alguien para ir detrás corriendo.

La ciudad es una ciudad de contrastes.
Por un lado, casas muy antiguas, calles llenas de basura, sin servicio de limpieza, donde no hay papeleras ni contenedores y hay restos acumulados en montones. Edificios cuya estructura ha cedido y se sujetan con andamios de madera. Animales libremente vagabundeando por cualquier calle.
Por otro lado, palacios gigantes para entidades gubernamentales, lujosos edificios de oficinas de importantes compañías de software, centros comerciales, tiendas de ropa de moda, franquicias de comida rápida mundialmente conocidas.

Los ciudadanos.
En Bangalore vive mucha gente. Mucha mucha gente. Las personas van caminando por calles mezclándose con el tráfico. Los habitantes son abiertos y les gusta mucho hablar. Si eres extranjero te intentan hacer el lío para que vayas a una tienda, o para que vayas a un hotel, que según ellos es superbarato, o para que consigas un taxi, etc... en fin, que si les das carrete se ponen superpesados. Vas a un puesto a comprar tabaco y te atienden tres que están en la calle y te cobra el que está dentro del puesto. Vas a un restaurante y te da la sensación de que hay cuarenta camareros. Vas a una tienda no demasiado grande y parece que hay quince empleados. Todos te preguntan de dónde eres, y cuando les dices que de España ponen una cara sonriente de no tengo ni puta idea de dónde está eso.
Por otro lado, a los captadores de clientes, si les agradeces el consejo y no les haces caso te dejan tranquilo. Creo que la gente es muy tranquila y no buscan ningún tipo de problema.
Las mujeres van vestidas con vestidos indios (sari) y tienen pintado en la frente el tercer ojo (algunos hombres también), algunas van vestidas de forma occidental y acaparan las miradas de todos los hombres. Los hombres visten con ropa holgada y se ve muchos con una especie de falda larga como enrollada por las piernas.
Los chicos jovenes van en vaqueros y en camiseta o camisa. Entre ellos se tocan mucho y a veces les ves cogidos de la mano, pero debe ser algo normal por aquí.
También, me llama mucho la atención de muchos hombres adultos que están en la calle, de pie, sin pasear, sin hacer nada, como esperando. No sé si es que no tienen nada que hacer pero desde luego parece de lo más aburrido.
No se puede negar que en Bangalore haya pobreza. Hay gente que no tiene nada y vive en la calle, duerme en las aceras y parece que no tengan ni para comer. No digo que en Madrid no haya personas que estén en esa situación, pero por lo menos pueden disponer de servicios sociales. Aquí el que está jodido, está muy jodido.
Por el contrario, también se puede ver a los yuppies saliendo de sus trabajos con su traje, su corbata y cargando con su ordenador portátil.

Comida
La comida es superpicante. Nos suelen preguntar si queremos comida picante o no. Les decimos que NO!!!!! y eso sigue picando a rayos. Está todo muy rico, pero pica pica. Bueno, el pan no pica y está muy rico también. De momento no tenemos problemas con el estómago, evitamos la bebida no embotellada y alimentos no cocinados, pero llevamos muy poco tiempo todavía.
A nosotros nos dan cubiertos, pero aquí la gente no usa cubiertos, comen con la mano derecha poniéndola en forma cóncava como si fuera una cuchara. La mano izquierda la ponen encima de la pierna cuando están comiendo.

Animales en la ciudad
Pues parecía que era una broma, o algo de las pelis, pues no. Hay vacas en la calle. Ya lo he podido ver con mis propios ojos. Hay vacas paseando buscando ¿comida? por las calles. No las ves a todas horas, pero tampoco es raro verlas. Anoche vimos una que tenía pintada en la parte trasera del lomo una cruz gamada de color rojo. Ya sabemos que aquí eso significa otra cosa, pero no deja de llamar nuestra atención. También se ven muchos perrillos y algunos gatos, pero no parecen muy felices.


El primer día ha sido muy impactante, mucho cambio con respecto a Madrid, parece mentira. Por la mañana nada más llegar daba hasta un poco de miedo, pero a medida que iba pasando el día y iba viendo cómo es la gente y la ciudad, ese miedo se tornaba en bienestar, curiosidad y en ganas de aprender muchas más cosas.