Thursday, February 26, 2009

20090223 Jaipur








Tras diecisiete horas metido en un tren con la familia Monster con un hijo de 6 años que no sabe hablar, y solo sabe berrear. Te ¿despiertas? a las 5 de la mañana porque has llegado a tu destino; estás cansado, de mal humor, apenas has comido porque lo que venden en el tren no es comida, son cosas amargas y picantes que te metes en la boca; sin ducharte ni asearte y cargando una mochila grande sales a la calle buscando un poco de luz que no encuentras porque el sol todavía no ha salido; y en menos de 20 segundos te encuentras rodeado de 10 hiper-pesados que quieren que vayas en su rickshaw, que duermas en su guest house , que te hagan de guía para los palacios de la ciudad. Empujándose entre ellos, gritando a medio palmo de tu cara, persiguiéndote y diciendote que te van a esperar vayas donde vayas. Entonces oyes una vocecita en tu interior... tachán!! bienvenidos al Rajastán!!bienvenidos a Jaipur!!
Resolví este formidable ejercicio de autocontrol y relajación agradeciendo uno a uno por la ofertas que me estaban ofreciendo y me refugié temporalmente donde hacen desayunos en la estación.
En Jaipur hay rickshaws que son bicicletas, gente cabalgando en camello y elefantes; dentistas callejeros con sus herramientas de trabajo puestas encima de un tapete en el suelo, y por supuesto hay pícaros de toda índole, pero en este día se llevó la palma un individuo que no se puso ni colorao cuando nos invitó a la boda de su hermana, que resultaba ser ese mismo día. La amabilidad abre muchas puertas y le dimos las gracias por su invitación, lamentando profundamente no poder asistir a tan importante evento. A veces se ponen muy pesados y lo mejor es tomarselo a cachondeo. Recuerdo en Goa que nos rodearon varios chavales insistiendo que alquilaramos una de las cabañas para dormir. Una cabaña tiene una cama para dormir y un agujero para hacer tus cosas, en el mejor de los casos; porque a veces el agujero no está ni siquiera en la cabaña y te tienes que ir de paseo cuando te entran las ganas. El caso es que estaban muy pesados ya y después de un rato diciéndoles que no queríamos nada, ellos seguían insistiendo. Entonces empezamos a interesarnos por las cabañas, preguntando por el precio, con lo que los infortunados comerciales se empezaron a relajar con la confianza que da una venta bien encarrilada. El caso es que tras preguntarles si las cabañas tenían televisor de plasma, wifi y cosas por el estilo, sus caras empezaron a dibujar muecas de incredulidad, y empezaron a ser ellos los que no querían seguir hablando, y al final fueron ellos mismos los que se fueron, sí sí... sin despedirse ni nada!!
Jaipur tiene dentro de la ciudad murallas de estilo árabe. Repleta de colorido y comercios, la ciudad se llena de luz cuando el sol está en su máximo apogeo. En las afueras hay un enorme palacio en lo alto de una montaña. Y al otro lado del valle una muralla muy larga.
Jaipur no es lo mejor de India, pero está muy bien para pasar un día.

20090220 Mumbai












El día del cumpleaños de Guillermo hubo una fiesta en la playa. Había música pero había que escucharla con auriculares. Era algo extraño pero después de dos copas todo parecía muy divertido. Un par de días después, Karin y Cristina se fueron hacia Kerala, al sur oeste de India. Así pues, volvemos a ser dos. Cogimos un tren hasta Pune, una ciudad muy grande y parece ser que es bastante segura. No tuvimos ocasión de ver casi nada puesto que teníamos otro tren en pocas horas. Lo único que averiguamos de Pune es que es una ciudad muy liberal donde se encuentra un famoso Ashram donde la gente se hospeda para conseguir la espiritualidad a través del sexo. Un Ashram es un lugar donde vives por una temporada y se te imponen ciertas disciplinas para conseguir beneficiosos objetivos como la relajación, paz interior, felicidad, etc. Lo normal en un Ashram es hacer yoga, meditación, ayuno y cosas así, pero en el Ashram de Pune utilizan otro tipo de técnicas.
Dejamos Pune y cogimos otro tren para llegar a Mumbai. Es la población más grande de toda India (17 millones de habitantes) y una de las más grandes del mundo. La estación de trenes es un edificio muy grande y parece una gran catedral. En la zona sur hay muchos edificios grandes. Bombay es casi una isla y hay mar en varios de sus barrios. Tiene un enorme paseo marítimo que acaba en una playa donde empieza una zona de rascacielos. Para ir por diferentes barrios puedes usar el tren interurbano, como el metro pero al aire libre y los vagones no tienen puertas. Como toda gran ciudad tiene sus slums (suburbios) y son bastante impresionantes. Hay chozas apiladas unas encima de otras y van formando torres de bastante altura. Tuvimos la oportunidad de ir al cine y nos quedamos atónitos cuando, antes de empezar la película, empezó a sonar el himno de India. Toda la sala se puso de pie, y había gente que incluso cantaba. En la zona sur , que es la zona pija no hay rickshaws, solo taxis. Digo lo de pija un poco entre comillas porque Bombay, pese a ser bastante limpia; no deja de ser India. No hemos podido ver la mayoría de la ciudad por que solo hemos estado tres días y es más cara que el resto del país, pero me hubiera gustado ver más. Bombay es una gran ciudad que merece la pena conocer.

Monday, February 16, 2009

20090214 Goa Palolem Beach





Otra playa más, esta vez dentro de la provincia de Goa. Esto ya es estilo Benidorm, pestuzo occidental petado de europeos que hemos venido a liarla parda.
Lo único que se puede hacer un poco fuera de lo clásico es alquilar un bote e ir a ver delfines. Les ves un poco el lomo y de vuelta a la playa.
Puesto que todos hemos estado en una playa y aquí no hay nada más que comentar, os hablaré un poco del transporte en India.
En general, el transporte de pasajeros es bastante lento exceptuando los aviones. Puedes tardar once o doce horas en recorrer distancias de unos 300 kilómetros tanto en tren como en autobús. Nosotros, como nos lo podemos permitir, viajamos en la clase sleeper; es decir, procuramos viajar por la noche con una maravillosa camita para descansar durante el trayecto. Maravillosa, claro está, si alguien te presta un serrucho para cortarte las piernas y poder estirarte un poquito :).
El tren es bastante tranquilo, y aunque el traqueteo es constante puedes leer algún libro sin problemas. Si consigues un vagón con aire acondicionado hay menos gente; se va más tranquilo e incluso tienen un enchufe. En el trayecto de Bangalore a Pondicherry pudimos hasta echarnos unas partidas con el MAME en plan frikis.
En la clase sin AC, está petada y a veces no cierran bien las ventanas por lo que puedes coger un poco de frío; así que es mejor abrigarse. También hay bichos repugnantes y los servicios parecen una broma pesada; pero es que el billete igual le ha costado 4 euros oiga. Los trenes son muy largos y tienen muchos tipos diferentes de clases. Hay hasta vagones con habitaciones totalmente separadas con cama, pero eso se escapa a nuestro presupuesto. Una vez a bordo, con el tren en marcha y si quedan huecos libres, puedes hacer un upgrade y acceder a otro vagón de mejor clase, todo es cuestión de sacar las rupias del bolsillo.
Los autobuses para trayectos de larga duración también tienen camas, pero son más pequeñas, si cabe. El vaivén del autobús es más acusado y no se puede hacer prácticamente nada excepto hablar con los vecinos y dormir, si te dejan. Tuvimos la oportunidad de entrar en la cabina del autobús en el trayecto de Hampi a Gokarna.La cabina era muy grande y podían caber cuatro o cinco personas. Estuvimos disfrutando de la magistral conducción temeraria por un buen rato.
Los taxis. Cuando me acuerdo de los taxis siento algo que me hace sospechar que los profesores de autoescuela en India son ex-especialistas de películas de acción. Un trayectito de un par de horas en taxi es suficiente para confundir la realidad con un episodio del equipo A. Entre los conductores de coches se ha impuesto la moda de adelantar sin visibilidad. Yo por mi parte, creo que no subiré a otro taxi en India.
Los autorickshaw o tuc-tuc, nuestros ya entrañables compañeros de andanzas interurbanas y trayectos cortos entre pueblos. Temibles pero lentos, lo que los hace no tan terribles a estas alturas.
Feliz día de San Valentín a todos y todas!!!

20090212 Gokarna Paradise Beach





En la provincia de Karnataka, en la costa oeste y muy cerca de la provincia de Goa, hay un pueblo que se llama Gokarna; y cerca de este pueblo hay una playa que se llega solamente en barca y su nombre es Paradise Beach.
Una playa muy bonita donde descansar, relajarse, disfrutar de la naturaleza, hacer figuras de arena, jugar al ajedrez y poco más porque no hay electricidad en las cabañas y casi en ningún sitio.
Hemos conocido a unos chicos muy majos de Escocia, Holanda y Eslovenia. También había bastante gente de Barcelona. Entre españoles parece que es bastante fácil reconocernos por las caras.
Por las noches hay unos hippies que hacen hogueras en la playa y tocan tambores. Tienen un instrumento con forma de tubería grande que para hacer que suene hay que soplar constantemente con la técnica de la respiración cíclica. Tiene un sonido fuerte y mezclado con los tambores consiguen un sonido hipnotizador.

Saturday, February 14, 2009

20090206 Hampi





































Tras un viaje en tren de 1 día entero con escala en Bangalore, hemos llegado a Hampi. Nos lo había recomendado mucha gente y efectivamente, es hasta el momento el sitio más bonito que hemos podido ver. Tiene templos, montañas de piedras gigantes, sitios para escalar, rios y estanques bonitos, vegetación, palmeras y arrozales. La gente es muy tranquila; muy acostumbrados a turistas extranjeros.
El pueblo lo divide un río, y este se cruza en una balsa. Hay un lago cerca al cual se puede llegar en bicicleta y tuvimos la oportunidad de bañarnos. También hay una montaña en cuya cima está el monkey temple, lugar donde nació Hanuman, el dios con forma de mono. Hay que subir 678 escalones para alcanzar la cima y cuando llegas arriba te echan un potingue en la frente como merecida recompensa por la hazaña realizada.
En el propio pueblo hay un templo grande en cuyo interior hay un elefante, el pobrecillo atado con cadenas. Dentro se hace un ritual donde tienes que tocar la llama de una vela, y después te hacen beber un cosa repugnante que se parece al agua sucia. No hace falta mencionar que hicimos un quiebro espectacular al monje y pasamos de largo sin beber.
En la fachada del templo grande hay un montón de monos y les puedes echar plátanos para que se vuelvan locos de alegría. También hay unos caraduras disfrazados que te dicen que te saques fotos con ellos y luego te piden pasta con la mejor de sus sonrisas.
Todo el mundo nos había recomendado Hampi y temía que no cumpliera con las espectativas que habíamos puesto en el pueblo. Pero las ha cumplido con creces sin lugar a dudas.

20090203 Chennai








Chennai, la ciudad más grande de la provincia de Tamil Nadu. Es como un pueblo gigante.Calles llenas de coches y comercios, pocos templos, pocos edificios altos. Muchas vacas y muy grandes. Se ven muy pocos turistas, y la mayoría están en las estaciones de trenes o autobuses. Mucha mucha gente, mucha pobreza. Tenemos que regatear constantemente; la gente pobre nos pide dinero a cada paso que damos, pedimos cosas en las tiendas y nos ponen cosas que no hemos pedido para cobrarnos mas. Vendedores ambulantes que nos siguen sin descanso. Puedes llegar a perder la paciencia lidiando con los conductores de rickshaw o con la gente que trabaja en el hostal.
Tiene un aeropuerto bastante grande y a esta ciudad han llegado Karin y Cristina, dos amigas de Mallorca que se unen unas semanas al viaje.
Para consumir bebidas alcohólicas hay que ir a un bar, pero la diferencia con los bares de España es que aquí no se puede fumar por ley, y no pueden entrar mujeres. Así que si quieres una cerveza en Chennai prepárate para verte rodeado de señores con bigote.
Cerca de la playa hay un centro comercial que se convierte en el oasis occidental dentro de la ciudad. Con tiendas de ropa hortera que te cagas, libros en inglés, supermercado, cines e incluso un salón de videojuegos.
También hay un paseo marítimo muy largo con una farola cada kilómetro donde van los chavales de noche a pasar el rato. Os juro que había unos chavalillos indios rodeando un coche grande y escuchando la famosa canción reguetón de la gasolina.