Tras un viaje en tren de 1 día entero con escala en Bangalore, hemos llegado a Hampi. Nos lo había recomendado mucha gente y efectivamente, es hasta el momento el sitio más bonito que hemos podido ver. Tiene templos, montañas de piedras gigantes, sitios para escalar, rios y estanques bonitos, vegetación, palmeras y arrozales. La gente es muy tranquila; muy acostumbrados a turistas extranjeros.
El pueblo lo divide un río, y este se cruza en una balsa. Hay un lago cerca al cual se puede llegar en bicicleta y tuvimos la oportunidad de bañarnos. También hay una montaña en cuya cima está el monkey temple, lugar donde nació Hanuman, el dios con forma de mono. Hay que subir 678 escalones para alcanzar la cima y cuando llegas arriba te echan un potingue en la frente como merecida recompensa por la hazaña realizada.
En el propio pueblo hay un templo grande en cuyo interior hay un elefante, el pobrecillo atado con cadenas. Dentro se hace un ritual donde tienes que tocar la llama de una vela, y después te hacen beber un cosa repugnante que se parece al agua sucia. No hace falta mencionar que hicimos un quiebro espectacular al monje y pasamos de largo sin beber.
En la fachada del templo grande hay un montón de monos y les puedes echar plátanos para que se vuelvan locos de alegría. También hay unos caraduras disfrazados que te dicen que te saques fotos con ellos y luego te piden pasta con la mejor de sus sonrisas.
Todo el mundo nos había recomendado Hampi y temía que no cumpliera con las espectativas que habíamos puesto en el pueblo. Pero las ha cumplido con creces sin lugar a dudas.
El pueblo lo divide un río, y este se cruza en una balsa. Hay un lago cerca al cual se puede llegar en bicicleta y tuvimos la oportunidad de bañarnos. También hay una montaña en cuya cima está el monkey temple, lugar donde nació Hanuman, el dios con forma de mono. Hay que subir 678 escalones para alcanzar la cima y cuando llegas arriba te echan un potingue en la frente como merecida recompensa por la hazaña realizada.
En el propio pueblo hay un templo grande en cuyo interior hay un elefante, el pobrecillo atado con cadenas. Dentro se hace un ritual donde tienes que tocar la llama de una vela, y después te hacen beber un cosa repugnante que se parece al agua sucia. No hace falta mencionar que hicimos un quiebro espectacular al monje y pasamos de largo sin beber.
En la fachada del templo grande hay un montón de monos y les puedes echar plátanos para que se vuelvan locos de alegría. También hay unos caraduras disfrazados que te dicen que te saques fotos con ellos y luego te piden pasta con la mejor de sus sonrisas.
Todo el mundo nos había recomendado Hampi y temía que no cumpliera con las espectativas que habíamos puesto en el pueblo. Pero las ha cumplido con creces sin lugar a dudas.
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